En la nota anterior les comentaba un poco sobre la relación que ha tenido el Cardenal con funcionarios públicos, en esta nota, conoceremos los pecados que ha cometido el Cardenal.
Edificar desde la crisis
“Edificar desde la crisis” era el nombre de un polémico pronunciamiento que lanzó la Conferencia Episcopal donde mostraban su posicionamiento frente al golpe de Estado que se vivió en Honduras en 2009, este comunicado fue leído en televisión nacional por el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez. El pronunciamiento es una constate de excusas que buscaban justificar el golpe, mencionando que no estaban del todo “de acuerdo” con lo que pasó el 28 de junio, pero justificando que, si no hubiesen exiliado al expresidente Zelaya, todo hubiese sido “peor”; peor que la ola de muerte y violencia ocasionada por los golpistas en ese entonces, según la Conferencia Episcopal y el mismo Cardenal.
En el polémico pronunciamiento se leen tres párrafos que llaman mucho la atención: – “A la Organización de Estados Americanos pedimos que preste atención a todo lo que venía ocurriendo fuera de la legalidad en Honduras, y no solamente a lo sucedido a partir del 28 de junio recién pasado. También el pueblo hondureño se pregunta por qué no han condenado las amenazas bélicas contra nuestro país.
Si el sistema interamericano se limita a proteger la democracia en las urnas, pero no le da seguimiento a un buen gobierno, a la prevención de las crisis políticas, económicas y sociales, de nada servirá el reaccionar tardíamente frente a ellas.
A la comunidad internacional le manifestamos el derecho que tenemos de definir nuestro propio destino sin presiones unilaterales de cualquier tipo, buscando soluciones que promuevan el bien de todos. Rechazamos amenazas de fuerza o bloqueos de cualquier tipo que solamente hacen sufrir a los más pobres”-
No hay mucho que decir sobre lo anterior, este pronunciamiento, del puño y letra de la Conferencia Episcopal quien en ese momento tenía como presidente al Cardenal Oscar Andrés Rodríguez era a favor de lo sucedido el 28 de junio. A partir de esto ya sabemos que camino va tomando todo, a partir de este momento, ante la mirada publica, el cardenal era esa figura que se ligaba cada vez más a los sectores oscuros del país.
¿Defensor de lo más favorecidos?
Hace apenas algunos meses el pueblo hondureño pudo poner un punto final a los 12 años de dolor y miseria en los que se encontraban, y aunque esos 12 años le pasan una factura enorme al pueblo, es válido decir que, a partir de aquí, todo debe y tiene que ir para mejor. En los últimos años en Honduras paso de todo, saqueo de instituciones públicas, pastillas de harina, y una de las más relevantes: la instalación de la narco dictadura.
Esta narco dictadura se empieza a consumar de la mano de los golpistas en 2009, quienes en ese entonces recibieron la bendición por líderes de la iglesia evangélica y católica, quienes justificaban los actos cometidos esa madrugada del 28 de junio a sabiendas que esto representaba una especie de bendición a las balas asesinas que volvieron mártires a mujeres y hombres por igual.
En esos días, la Conferencia Episcopal, regida por el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga condenaba el actuar del expresidente Zelaya, condenaba la violencia en las calles, condenaba la supuesta “injerencia” de Venezuela en Honduras, pero parece que se les olvidó condenar los abominables actos ordenados, planificados y ejecutados desde el gobierno de facto, al contrario, siempre justificaron el papel de las odiosas Fuerzas Armadas y les aplaudieron.
Pero para ser justos y justas, tampoco repudiaron el gran daño que ha sido provocado en Honduras hasta la fecha por el gobierno de turno, no repudiaron el monumental saqueo al Estado y la participación con el narcotráfico; mucho menos iban a repudiar públicamente al exmandatario Hernández por narcotráfico cuando es íntimo amigo del mismo Andrés Rodríguez.
Investigado y sospechosamente “absuelto”
Recuerdo cuando aún era una niña, escuchaba a mis abuelos repetir una frase: “Matalascallando, cógelas al vuelo”; por mucho tiempo ignoré el significado de esa frase, hasta que un día mi abuelo me explicó que esa frase se refería a las personas que aparentaban una alta moral pero que en realidad eran todo lo contrario.
Con el paso de los años empecé a asociar cada vez más y más esta frase con el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga. En 2017 se escuchaban ya rumores de la cuantiosa fortuna del Cardenal Rodríguez, de él se decía que vivía muy bien, que gozaba de grandes lujos y que su nivel de vida era claramente de clase alta sumamente privilegiada.
Las sospechas se confirmaron cuando en diciembre de 2017 circulaba la noticia de una orden de investigación financiera desde el vaticano, directamente para el Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga. El Cardenal fue acusado de realizar gastos y recibir donaciones cuestionables, entres estas acusaciones se encontraba el cobrar cuantiosas sumas de dinero de una Universidad Católica (UNICAH) siendo las justificaciones muy ambiguas: que si por Canciller, que si por fundaciones, etc.
En una increíblemente rápida, y, por ende, poco creíble investigación, autoridades del vaticano declararon que la Universidad es un negocio privado de la diócesis en la que el Cardenal Rodríguez aparece como canciller en cumplimiento a las leyes hondureñas y que se usan fondos de extensión universitaria para apoyar a las parroquias y sacerdotes que lo requieren. La investigación expresaba que el cardenal “no recibió un solo lempira a título personal”, pero que si se recibían fondos destinados a la atención de parroquias.
Me pregunto ¿Cuánta credibilidad tenían los resultados de esta investigación?, ¿qué hubiese pasado si se hubiese investigado a profundidad la relación del Cardenal Andrés Rodríguez con exmandatarios cómo “Pepe” Lobo, o con el mismo JOH? tal vez se hubiese podido saber realmente cuánto dinero del presupuesto nacional ha recibido su institución religiosa.
Ceguera selectiva
En 2018, la Iglesia Católica de Honduras estuvo envuelta en un escándalo de grandes proporciones cuando el entonces Obispo Juan José Pineda presentó su renuncia ante el papa Francisco sin entrar a mayores detalles. La sorpresa fue grande, ya que José Pineda era de los principales colaboradores del Cardenal Rodríguez en Honduras. Pero esto no solo fue una renuncia, con el tiempo salieron testimonios, informes y declaraciones que relacionaban la renuncia de Pineda con posibles conductas sexuales inapropiadas, que parecían haber sido encubiertas por el mismo Cardenal.
Para entender mejor el asunto, hacemos mención del libro “Dilema” del Padre Católico Alberto Cutié quien nos narra su historia al descubrir que ya no se sentía capaz de vivir su vida con la norma del celibato sacerdotal, sobre todo porque esto implicaba defender ciertas posiciones con las que ya no estaba de acuerdo. Pero lo que destaco de este controversial libro son las acusaciones al Obispo Pineda de sostener una relación con otro hombre misterioso, pero ¿a qué nos llevan estas acusaciones?
Pineda tenía defensas poderosas que se encargaban de silenciar el tema cada que surgía, Pineda acumuló muchas denuncias silenciadas en su contra sobre irregularidades financieras, y la más sonada hasta la fecha: acoso sexual en el seminario mayor de La Señora de Suyapa, donde exseminaristas denunciaban las constantes intenciones de contacto inapropiado por parte de Pineda. Pero la pregunta que muchas personas se siguen haciendo ¿Qué papel jugo el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga en todo esto? En definitiva, no se puede probar que el Cardenal haya tenido parte en situaciones de conducta inapropiada, pero es imposible creer que ignoraba estas situaciones, por lo que nos podemos preguntar ¿el Cardenal encubrió estas conductas deplorables? La respuesta queda a criterio de ustedes, quienes leen esto.
Más y más polémicas
Soy creyente, pero no profeso ninguna religión y soy fiel creyente de que no se puede manchar a toda una institución solo por el actuar de una persona, aun así, he podido conocer sobre situaciones que involucran a la Iglesia Católica y Evangélica, en ese sentido hace mucho pude leer sobre una serie de reformas a la Iglesia Católica que el Cardenal Rodríguez estaba impulsando, mismas que produjeron mucho descontento en las arcas de la misma, muchos decían que estas reformas “estaban hundiendo a la institución y dañando como nunca su historia”
También, hizo mucha bulla la acusación hacia el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga por encubrir al Sacerdote costarricense Enrique Vásquez Vargas, quien era perseguido por las autoridades internacionales (INTERPOL) al haber sido denunciado por diversos abusos sexuales en Costa Rica. Enrique Vargas fue arrestado en Honduras en 2007, hasta ese momento Vargas había gozado de la complicidad del Cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga quien bajo su protección se mantuvo por varios meses en una Iglesia de Güinope, en el Paraíso.
Incluso allá por los años 70 – 80, Rodríguez ya daba de que hablar; el Padre Fausto Milla siendo párroco de Corquín denunció la masacre del Río Sumpul en 1980, donde cientos de personas fueron asesinados por militares y policías salvadoreños y hondureños. La matanza terminó a las cuatro de la tarde mientras campesinos hondureños recorrían la zona de la masacre y rescataban a los sobrevivientes. La denuncia del Padre Milla fue ignorada oficialmente y por presiones del gobierno no circuló en los medios de comunicación. Pero un mes después nuevamente hace la denuncia que es respaldada por 36 sacerdotes y religiosas, uniéndose además el Obispo de Copan, Monseñor José Carranza Chevez y responsabilizan de la masacre a ambos ejércitos.
En ese momento, el Padre Milla fue señalado como un mentiroso y acusado de organizar grupos guerrilleros y almacenar armas. En muchas ocasiones realizaron cateos a la casa cural en Corquín y los templos de Belén Gualcho y Sensenti, Ocotepeque. Las iglesias fueron saqueadas y Milla amenazado a muerte; en ese entonces sucedió lo inevitable; Milla fue obligado el exilio. En ese momento Milla denunció al coronel Oscar Armando Mejía perteneciente al XII Batallón de Santa Rosa, como el principal responsable de su exilio, y acá viene el dato importante, Milla también denunció la complicidad con el ejército del actual Cardenal Rodríguez Maradiaga, que por entonces era obispo de la Diócesis de Copán. Milla acusó directamente a Rodríguez de haber desmantelado toda la estructura de apoyo pastoral a los pobres y de lucha contra la represión que había favorecido su predecesor en el cargo, monseñor José Carranza.
El Cardenal y su poder de decisión sobre la Educación Sexual en Honduras
Cada semana en Honduras es posible encontrar nuevas declaraciones del Cardenal sobre temas aleatorios, pero un tema que siempre aparece en su agenda son los Derechos Sexuales y Reproductivos. Durante la homilía de un domingo cualquiera, el Cardenal dijo que “todo aquel que promueve la muerte, no puede estar con Dios” esto con relación a una de las mayores exigencias de las mujeres hondureñas: el derecho a decidir.
El cumplimiento de este derecho se puede encontrar entre líneas en el plan de nación del actual gobierno hondureño, por lo que desde hace algunos meses el Cardenal viene mostrando su necesidad de injerir en este asunto.
Hace algunos meses, antes de las elecciones de país, el mismo se refirió ante esta propuesta mencionando que “no ganarán las elecciones los promotores del aborto, que no es más que un homicidio. Solicitó a no votar por los promotores de los antivalores”. “pensar que van a obtener votos promoviendo el asesinato, el homicidio… Si queremos lo mejor para nuestro país, hay que votar por aquello que consideramos lo mejor, no lo peor, no la muerte, no el asesinato…”. La Tribuna – 19/09/21.
Parece que el Cardenal, además de no estar nada informado del asunto, busca generar anticuerpos que paralicen el goce y promoción de los derechos sexuales y reproductivos, que son Derechos Humanos enmarcados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Ante lo expuesto, no es que se le pida al Cardenal que deje de expresar sus cuestionables valores, después de todo debe prevalecer la libertad de expresión, pero si es necesario ponerle un alto, debe dejar de intervenir en asuntos del Estado, debe de dejar de ejercer presiones y amenazas sin sentido con relación a la educación y derechos humanos que son inaceptables en su imaginario.
Parece de cuento que sea justo el quien a diario llena los noticieros con discursos de valores morales y cristianos, y que sea el quien tenga el poder de permitirse discutir asuntos que le competen única y exclusivamente al Estado.
Se dice que solo la verdad nos hará libre, y la verdad de las acciones del Cardenal Rodríguez que poco a poco irán saliendo a la luz harán libre a un pueblo, un pueblo que será quien juzgará a ese que promueve un Dios solo para los ricos.
Flor Euceda.