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Somos Resistencia: rumbo al Socialismo Democrático

La demostración de fuerza de la clase obrera se destaca por su audacia, ingenio, y pujanza. Nadie el 1 de mayo de 1954 visualizaba el acontecimiento fundador que iniciaba; porque más que una “Huelga de trabajadores”, “Huelga Bananera”, fue un “alzamiento popular” con las y los trabajadores de las compañías bananeras en la vanguardia.

Todas las organizaciones populares y sociales, partidos políticos progresistas y revolucionarios defendieron y promovieron el “Alzamiento Popular de 1954”. El Código de Trabajo de 1959 aunque es parte de las grandes conquistas históricas del alzamiento, solo refleja una dimensión del nuevo sistema jurídico, social y político integrado al Estado. Es decir, el Alzamiento Popular de 1954 es el acontecimiento fundador del Estado Social en Honduras.

Con similar contingencia, no calcularon los golpistas del Golpe de Estado de 2009 que la clase obrera y el movimiento popular se movilizarían masivamente en la defensa de la democracia y la restitución del Presidente José Manuel Zelaya Rosales. No siendo suficiente, el movimiento obrero se determinó en la constitución de su propio partido político: el inclaudicable Partido Libertad y Refundación (LIBRE). Los fraudes electorales de 2013, 2017, y la represión policial militar sostuvieron la narcodictadura, que encabezaba quien ahora guarda prisión en una metrópoli estadounidense. En 2021 LIBRE conformó una amplia alianza electoral multiclasista, integrada en torno al Programa Plan Bicentenario, la candidatura y liderazgo de la presidenta Xiomara Castro, y al partido mismo, con la finalidad principal de derrocar la dictadura del Partido Nacional. En noviembre de 2021 el partido en el que confluye el movimiento de trabajadores, fundantes de la Resistencia Popular, en alianza con otros partidos y el pueblo, triunfa arrolladoramente.

La alianza de clases triunfante en la dirección del gobierno se dilata a medida se toman decisiones en beneficio del pueblo y que cuestionan la fuente de su control económico: la plusvalía. Las medidas de subsidios a la energía eléctrica, combustible, gas LPG, y bonos sociales, reciben criticas del conservadurismo. Cuando se trata de una propuesta de Ley de Justicia Tributaria y la oposición a aprobar en el Congreso Nacional la “Ley de Empleo Parcial”, la reacción es iracunda, con tintes apocalípticos. Aparecen las ensangrentadas banderas del Golpe de Estado, apelación al protectorado imperial, el grito al cielo augurando el colapso de la economía nacional. Lo que esconden, sin éxito porque para todos ya es evidente, es que es innegociable que la plusvalía de sus empresa sea regulada para el beneficio común. Los capitalistas pueden dialogar sobre todo, menos sobre la plusvalía que forman sus capitales.

La Ley de Justicia Tributaria impugna el paraíso de exoneraciones, para que esos nuevos tributos sean invertidos en el ciudadano trabajador, que es el sujeto creador de riquezas. Es por esta razón que la iniciativa de ley polariza a cada institución social y política acorde a sus intereses económicos y sociales. Hasta el momento solo se opone la oligarquía, aglutinada en las 1600 empresas exoneradas, y se expresa políticamente a través de los 3 partidos políticos con inferior caudal electoral que LIBRE.

Otra decisión valiente que descostura los hilos de la alianza electoral de 2021 es la apertura de las relaciones diplomática con la Republica Popular China, gobernada desde finales de los 40s por el Partido Comunista de China. Hoy es la segunda potencia mundial, y la fabrica de producción del mundo. Desde luego, la adversión se respalda por motivos coloniales tradicionales, y el aspecto retardatario de una parte de las elites económicas. Para el Gobierno del Socialismo Democrático la decisión es antiimperialista y una apuesta de explorar nuevos polos de desarrollo económico que puedan robustecer la producción nacional, inversión pública, y el despunte tecnológico.

El análisis internacional del país no puede realizarse sin omitir la principal fuerza productiva: los trabajadores migrantes o clase obrera transnacionalizada. Del PIB representan más del 25%, superan con 8,300 millones de dólares la inversión extranjera directa, y no son exonerados del pago de impuestos en Estados Unidos. Es la fuente central de ingreso de divisas. Nuestro gobierno, a través del Banco Central de Honduras, retomó el papel de la captación para custodiar y asignar mejor las divisas, por lo que decidió la creación del mercado de subasta de divisas, en el cual funge como un regulador; ya la banca privada no accede exclusiva y automáticamente a los dólares de los migrantes. Continúa pendiente el desafío de transformar las remesas en inversiones rentables para el Estado y quien envía la remesa.

El discurso de la Presidenta Xiomara Castro fue diáfano y categórico. El Gobierno de la primera mujer presidenta es de los trabajadores y trabajadoras. Corresponde a la ciudadanía trabajadora la participación en todos los niveles de formación de la opinión pública, toma de decisiones políticas, y defensa del Gobierno del Socialismo Democrático. Sobre todo, como acertadamente lo señala la Presidenta, los trabajadores deben promover el fomento a una nueva producción de bienes y servicios, priorizando las necesidades nacionales, y experimentando formas de producir que se alejen del individualismo, la mercantilización, y la explotación. Esos son los primeros pasos para confeccionar un bloque histórico en el gobierno que camine viendo fijamente hacia el Socialismo Democrático con características hondureñas. La palabra le queda a la clase obrera hondureña.

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Escrito por: W. Javier Fernandez

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